viernes, 5 de junio de 2015

EN DEFENSA DEL VOTO NULO

EN DEFENSA DEL VOTO NULO



Los trabajadores deben enfrentar en todos los terrenos políticos a las opciones patronales, también en el electoral, aunque en un régimen controlado por la oligarquía capitalista los comicios siempre serán antidemocráticos, pues tendrán control de ellos los partidos políticos que representan a dichas oligarquías, tendrán control de las elecciones las organizaciones que tienen recursos millonarios para garantizar que los representantes capitalistas conserven el gobierno y los puestos de representación, las legislaturas y los ayuntamientos.

Incluso ahora el narco, con sus diferentes cárteles han extendido su poderío económico al terreno político, infiltrando a los partidos burgueses, imponiendo a sus agentes directos, como sucedió con José Luis Abarca en Iguala, Guerrero. Aunque ese es solamente un ejemplo, el más deleznable, pero no el único.

A este sistema político le llamamos democracia burguesa, porque las elecciones son parte de un engranaje de poder que incluye a otras instituciones como el poder ejecutivo, con su presidencia y diversas secretarías de estado, la Suprema Corte de Justicia, el Ejército, diversas dependencias como el Instituto Nacional Electoral, y, por supuesto, las legislaturas federales y estatales, que son controladas por la clase burguesa, por los capitalistas que usan esas instituciones para dominar a las otras clases sociales y mantener este sistema económico y social en el que unos pocos se enriquecen a cosa de la explotación del trabajo de las grandes mayorías.

  Particularmente, en México esta democracia burguesa de reciente creación es mucho más antidemocrática que en otros países, pues el duopolio de los medios de comunicación integrado por Televisa y TV azteca se ha convertido en un poderoso mecanismo de inducción del voto en favor de los capitalistas. Además, a lo largo de años han logrado construir un sistema de envilecimiento de la política, haciendo de ella un modo de vida, destinando miles de millones de pesos a mantener aparatos políticos conformados por cientos de miles de personas, que se han convertido en "chapulines", saltando de un partido a otro, para garantizar un ingreso proveniente de ese financiamiento público; así sucede, desde el brigadista más humilde, hasta las presidencias de los partidos. Inclusive, por medio de estos recursos millonarios se palia el grave desempleo, "contratando" a personas como brigadistas, secretarias, mensajeros, etc. sin ninguna prestación, sin seguridad social, ni mucho menos estabilidad en el empleo.

Por supuesto, están los negocios familiares, como el del Verde, o los de burócratas, como Elba Esther y su Nueva Alianza, Dante Delgado, y su Movimiento Ciudadano, el PT, del "maestro" Alberto Anaya; y los que consiguieron su registro recientemente, el Partido Encuentro Social, patrimonio de familiares de priístas, el Humanista, impulsado por Felipe Calderón, ex presidente de filiación panista; y también MORENA, de Andrés Manuel López Obrador, conformado mayoritariamente por experredistas, pero al que también se han sumado priístas resentidos o reciclados, y exiliados de otros partidos, como han denunciado sus propios cuadros. Dedicados todos, claro está, a usar esos multimillonarios recursos para comprar conciencias, por medio de los más viles mecanismos, ya sea la compra directa del voto o mediante la "discreta seducción" por medio de todo tipo de regalos.

  Y a pesar de semejante antidemocracia, una organización política de la clase obrera debería disputarle a los patrones, a los capitalistas y los burócratas la conciencia de los trabajadores, llamándoles a votar por candidatos y propuestas que representen los intereses de la clase trabajadora.

Sin embargo, el actual sistema político restrictivo impide la participación electoral de organizaciones hasta ahora minoritarias, que no cuentan con los recursos millonarios manejados por los partidos registrados. Además, generaciones enteras de activistas han sido ganadas u obligadas a ceder ante el chantaje del voto por el mal menor, ante las restricciones autoritarias del sistema político.

De esta forma se ha postergado la tarea de construir una verdadera alternativa de l@s trabajador@s.

Nosotros y nosotras, militantes del Partido Obrero Socialista-Movimiento al Socialismo, hemos rechazado una y otra vez ese chantaje, nos hemos negado a respaldar al falso "mal menor". En esta elección nuevamente lo rechazamos y llamamos a los trabajadores, a las trabajadoras, a la juventud, a las mujeres consientes, a los indígenas, a los campesinos, a anular su voto.

No se trata, como han pretendido "sesudos" análisis de politólogos o analistas, de castigar con el voto nulo a unos u otros partidos, pequeños o grandes, porque en ninguno encontramos quién represente los intereses de la clase trabajadora. Dicen que el voto nulo fortalece a los grandes partidos, pero el tamaño no es el problema de las actuales organizaciones políticas registradas; el problema es su proyecto, el problema es la corrupción que todas reproducen, el problema es que ninguna se propone romper tajantemente con el actual modelo económico y social, que ha empobrecido a cada vez más mexicanos.

En el año 2000, la derrota del PRI en la elección presidencial consagró la "alternancia" de los partidos en el poder. Al menos el PAN tuvo la oportunidad de gobernar al país durante 12 años. Antes ya se había conocido la alternancia a nivel de las gubernaturas o presidencias municipales. De tal suerte que l@s trabajador@s, por su parte, han tenido oportunidad de comprobar que no hay diferencia sustancial entre aquellos.

  Evidentemente, la "alternancia", el funcionamiento de esta democracia para los ricos, no ha traído beneficios para las mayorías empobrecidas en México. Igualmente, corruptos, represores y hasta asesinos resultaron el PAN, que el PRD. Igualmente pro patronales, contrarios a los intereses de los trabajadores resultaron los grandes y los pequeños; inclusive MORENA, que se presenta como una novedad, puso en práctica desde el gobierno de la Ciudad de México encabezado por Andrés Manuel López Obrador, una de las políticas antilaborales más agresivas en el país: cientos de miles de mujeres y hombres han sido subcontratad@s desde entonces, en las más precarias condiciones, con salarios miserables y sin prestaciones de ley; otros tantos, han sido sometid@s a engendros como la contratación por honorarios, de salarios autogenerados, etc. A los propios trabajadores de base se les negó durante muchos años la revisión de sus condiciones generales de trabajo. A otros sindicatos, de organismos desconcentrados en el DF se les impuso una política de contención salarial peor que la sufrida por trabajadores del apartado A y trabajadores públicos de otras entidades del país.

Y al mismo tiempo nombró a Carlos Slim Helú, como presidente del Consejo Consultivo para el Rescate del Centro Histórico, abriéndole todas las posibilidades para realizar una inversión que le dejaría enormes ganancias, pasando a ser el hombre más adinerado del mundo, gracias a que conocía de primera mano la información de los predios que podía comprar a un precio muy bajo y renovarlos, aprovechando la inversión gubernamental en la modernización del Centro Histórico.

Por eso decimos: no hay alternativa para l@s trabajador@s, no hay mal menor, pues el conjunto de partidos y de políticos que contienden conforman un sistema de explotación, en el que evoluciona la inseguridad y la violencia, que propicia la corrupción y la ejecuta en forma cada vez más cínica. El sistema llamado neoliberal, el capitalismo, que nadie se atreve a cuestionar de fondo, con el que nadie quiere romper, pero que es la base del deterioro acelerado de la vida económica y social del país, es el que ha generado las peores lacras que padecemos los mexicanos.

El voto nulo es un medio válido para fijar una posición política independiente, es una conminación a no ceder al chantaje que busca obligar a l@s trabajador@s a votar por quien representa intereses contrarios a los de su clase.

Se cumplieron ya ocho meses del hecho más grave en décadas: la desaparición forzosa de 43 estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa y el asesinato de tres más. Los padres de familia de los estudiantes y las organizaciones que se han solidarizado con ellos han decido llevar a cabo un boicot a las elecciones, sosteniendo que no es posible que continúe la "normalidad" política en el país, mientras este hecho atroz quede impune, mientras los estudiantes desaparecidos no sean presentados con vida, y rechazan, por supuesto, la versión inverosímil defendida por el gobierno de que fueron asesinados por criminales comunes, igual que repudian el llamado de Enrique Peña Nieto a "superar Ayotzinapa".

Para nosotr@s, el voto nulo atiende este llamado en aquellos lugares del país en que la movilización y la organización no tiene la fuerza no permitir que los comicios se lleven cabo, enfrentando el llamado que hace el gobierno y todos los partidos registrados como si nada hubiese pasado.

Para nosotr@s el voto nulo es una acción de dignidad, es un llamado a la protesta y a la participación. Con el voto nulo buscamos provocar una acción de rechazo a los partidos, a sus programas y a su ejercicio en el gobierno, así como al propio sistema capitalista. Que la gente salga de su casa, acuda a la urna y proteste, que haga patente su molestia, su desencanto. Por supuesto, anular el voto no impide que al gobierno resultante de la elección, lo mismo que a los legisladores coludidos con los grandes poderes económicos, los denunciemos. Al contrario, con toda autoridad, sin darles el más mínimo respaldo les exigiremos, los enfrentaremos.

Pero quedará claro que un gran sector de la sociedad mexicana rechaza al actual sistema electoral antidemocrático, controlado por los grandes capitalistas, incluyendo a los "ilegales", como los narcos, que cada vez más logran comprar o infiltrar al sistema político. Es evidente que se requiere construir una alternativa ante tal descomposición.

Con la anulación del voto, buscamos que la gente dé este primer paso, para inmediatamente hacer suya la tarea de construir una verdadera alternativa de la clase trabajadora, que la lleve a realmente dirigir los destinos del país.

No hay otra alternativa. Por ello, en las próximas elecciones del 7 de junio: ¡Anula tu voto!, poniendo la leyenda: ¡Nos faltan 43!, ¡Fuera Peña Nieto!, o ¡Los capitalistas deben pagar la crisis!


Partido Obrero Socialista-Movimiento al Socialismo

31 de mayo de 2015





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